¿Por qué hay buenos inmuebles que no se venden?

Se preguntarán por qué ciertos inmuebles que no son malos, se demoran tanto tiempo en venderse? Hay varios motivos que quiero compartirles hoy. Más allá de los motivos evidentes como un precio por fuera del mercado, el deterioro de la propiedad horizontal, la exposición al poniente, etc., hay factores determinantes para tomar esta importante decisión que son puramente emocionales y que deben ser abordados estratégicamente para hacer de la visita al inmueble una experiencia que deje su huella. No puede haber mala energía. Muchos propietarios no «alistan» su inmueble para mostrarlo y la presentación lo es todo. Debe estar limpio y ordenado, oler bien, sentirse ventilado y verse bien iluminado. Esa primera impresión que se produce en la primera visita, difícilmente se puede cambiar.

Te imaginas que al llegar a conocer un apartamento te reciban con un grato aroma a café… una suave música instrumental de fondo, casi imperceptible pero acogedora. Que el propietario se haga a un lado y le permita al asesor enseñarte su inmueble, diciendo: -Siéntanse en su casa. ¿Les puedo ofrecer un vaso de agua o una taza de café? Si me necesitan, estoy aquí.-

Esa sensación de bienestar y bienvenida no pasará desapercibida, se los seguro. Nada peor que un propietario que no para de hablar y no le deja espacio suficiente al cliente para ser sincero con el asesor.

Los seres humanos somos emocionales, no vendemos inmuebles, vendemos la ilusión, la promesa de encontrar un hogar donde vivir en familia.