Descripción

En Villa Santos, una casa de conjunto se erige como escenario para la vida familiar, con 150 m² donde cada rincón guarda una promesa. Sus pisos de mármol, extendidos de principio a fin, son la huella de un relato que busca perdurar. El primer nivel abre con un recibo discreto, que da paso a la sala y al comedor: espacios donde las conversaciones se alargan como capítulos sin prisa. La cocina cerrada guarda silenciosamente los secretos del fuego, mientras el estudio —o sala de televisión— ofrece la pausa necesaria en medio del día. El patio, abierto y con techo retráctil, es un epílogo inesperado: a veces sol, a veces sombra, siempre libertad. El cuarto y baño de servicio y cupo para dos carros, uno cubierto y otro descubierto, completan el trasfondo de lo cotidiano. En la segunda planta, tres alcobas, la principal con su propio baño y las otras dos compartiendo baño en pasillo, donde también encontramos el mueble de linos. El conjunto, con casi dos décadas de historia y apenas 40 casas, conserva el encanto de lo perdurable. Entre sus páginas comunes se hallan una piscina, un salón social, gimnasio y zona de juegos, todo bajo la vigilancia constante que ofrece calma a quienes lo habitan. No es solo una casa: es un relato abierto, dispuesto a ser escrito por la vida de una familia.